lunes, 26 de mayo de 2008

Porteñísima


Gorda de tanto chisme y estupidez,
devora la vidriera, sombrea la vereda,
mientras detrás suyo, entre muertes, crisis y hembras,
dos bailan un tango, esquivando la mirada perdida del Che.

Mugre que sale de tanto rodar, pisada y volada,
manosea nuestros ojos, nos roba un insulto,
sin culpar, pero asesinando,
transpirando una sábana de Viamonte.

El viento sopla más donde hablamos de las muertes de nuestra niñez,
donde los pechos desteñidos chorrean miel agria,
donde se observa la cola de la Babilonia del sur,
la más grande, la más sucia y mogólica.

Maravillados ellos pasan, riendo los otros,
y apostados bajo la inmensa araña,
nos olvidamos del escandaloso fulgor porteño
hasta que la libación nos abra de todo.



Hache

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos Aires me mata dijo alguna vez algun cantautor madrileño. Hace mucho que estaba buscando una cierta poesia como esta,unas palabras a la ciudad del amor y el odio. La paradoja de no puedo vivir con ella pero no puedo dejarla.
Tus palabras son mas que adecuadas,y tu "timing" es remarcable tambien. Si alguna vez quice seguir leyendo un blog seguro es este.
Continue maestro lo sigo...