sábado, 30 de agosto de 2008

Mon unique désir

Ser, por un segundo, todo tu interior, todo pensamiento, todo sentimiento, toda emoción. Ser, por un segundo, todo lo que existe fuera de tu corteza, el centro de tu corteza. Ser, por un segundo, la lengua que da la vida, el ojo y la mano, la boca y tu sien, todo el aire y los mares. Ser, por un segundo, poseedor de tus palabras y que tus palabras me posean en ellas. Ser, por un segundo, una letra en tu cuaderno, toda paz, todo silencio, toda siesta. Ser, por un segundo, sal y ciudad, prosa y gusano, paladín y siervo. Ser, por un segundo, todo silencio, toda pena y toda brisa. Ser, por un segundo, toda voz, toda vos.
Y pasar a la historia como quien fue, por un segundo, toda tu existencia y quedó perdido por una eternidad dentro de un segundo tuyo.




Hache


martes, 26 de agosto de 2008

De cómo Julia y Federico recuerdan a Kid A, el miedo a la libertad y el arte de amar, entre otras cosas


















Federico: ¡Qué tema este de los sueños!

Julia: No podría entenderme nunca. No sabe que lo espero para entenderme precisamente. No sabe que intenté entenderlo más a él que a mí. No sabe como yo de mí. No sabe que, no sabe, no sabe, sabe, que...no. Yo sé aún más de él porque viví en su sueño más de una vez y por obviedades nunca se lo dije. Renuncié a los míos para que él...no sé para qué. Nunca se dio el momento, ¿viste? El nunca lo sabrá.

Federico: ¿Por qué?

Julia: Porque creo que es imposible. Imposible en esta realidad, ¿con este lenguaje explicarlo? Menos a él.

Federico: ¿Y si hacés un intento de...?

Julia: Mi único compañero es mi dragón. Mi pareja, mi padre y mi hijo. Concluí que es el hombre en mi vida ya que... ¿sabés que? La tormenta se reía de mí en su sueño. Él era un rayo/trueno que se reía, el sonido era una risa horriblemente grave y eléctrica. Mi tristeza estaba muda, sin lágrimas explotaba en observación. Me quedaba viéndolo y escuchándolo todo, torturándome con aquella tormenta que era de él, consciente de que me había metido en su pesadilla. No pude decir nada. Las palabras que pude mencionar, tan vanas, las veía...eran mezcla de papel mojado, entre quemado y con suciedad de asfalto... no sé, él me hablaba de paraguas que se rompían y no servían más para nada. Para nada, ¿entendés? No sé, por suerte desaparecieron. Luego eran unos pasajes de micro en mis manos, luego unos autos en la ruta de las brisas, del horizonte, que era miedo y felicidad, que escondía una catástrofe, una tragedia en las manos de su volante. Luego me encontré llamando por teléfono no sé a quién, marcaba números desenfrenadamente, sin sentido, pero con la certeza de que aquel era el número, y la persona que me atendiera... Después era él diciendo: "llámame si quieres tocar mis huesos, si quieres mojar mi nariz o si vas a revisar mi ojo para entenderme. Si mis parpados mueren mientras te besan, no te asustes".

"Tengo un pasado de mierda que vive en mi columna vertebral. Algo así era", solía decir Kid A.








Buscapies.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Hoy es ayer




Hay ciertos momentos en que uno, de repente, sin pretenderlo (acá, de vuelta: la dualidad consciencia-inconsciencia; todo está, sabemos todo lo que hacemos; consciente o inconscientemente, de cualquier forma, lo sabemos), descubre nuevas cosas volviendo a mirar las mismas formas que uno creía recordar de memoria. Pero que resurgen y son. Son.

-Como quedarse hasta tan tarde, que uno sólo escuche colectivos y sirenas. O pajaritos y caballos, según de qué lado se esté.-

Y que hoy es esto. Es reír. Es llorar. Es reír llorando. Es llorar riéndose. Es reírse de que uno se ríe mientras llora, y tentarse, y sin poder (querer) dejar de llorar. Entonces, uno disfruta de llorar (obviamente; por algo nos llevamos bien, no?).
Y me quejo, porque no sé bien porqué lo dulce siempre se lo relacionó con lo feliz, y lo triste, con lo salado (quizás por la misma lágrima, alguno dirá). Pero qué errados que viven tantos. Y qué poco saben, a diferencia de las lágrimas.


Hache


Hoy es ayer. Y mañana es mejor. Siempre.

lunes, 11 de agosto de 2008

Nochenombre

Sos como la muerte del día,
como ese tren que nunca es igual,
como la hora en que el pájaro calla,
como cuando todo funde en negro.

La idea inconciente de ser,
la de no-ser y la del somos.
Porque éramos y cargábamos con todo,
y hoy nos miramos sin sed.

La noche de Arlés, la gramilla,
una hora gastada y un grito.
Las sillas arriba de la mesa, la calle
y tu nombre pintado en el paredón.



Hache



miércoles, 6 de agosto de 2008

Terrazas




El manifiesto de sus parpados, la dulce miel que cae desde su labio inferior relame las yemas de sus dedos riendose del atardecer, susurrando un murmullo a los autos nuevos tan limpios, espejos del Sol. Navegando voy entre las nubes y la musica de una radio interferida, mal sintonizada. A veces arribo sobre el parlante en la terraza del edificio rojo.








Buscapies.

viernes, 1 de agosto de 2008

Resignado

¿Hasta dónde pensabas llegar hoy,
que el día brilla, las sombras nos siguen
y todo parece tener un gusto especialmente dulce?

Ojos de gato, humo saliendo de su boca,
danzando vas entre las desgracias ajenas,
librando los destellos de tu incontenible alma.

Guía del museo de tus fracasos,
todos los veranos rotos, las manos ajadas.
Tu sexo promete luz, origen de todo,
de toda esta nada, la muerte.

¿Hasta dónde pensabas llegar hoy,
que la noche su velo levantó
y estamos ya un poco más cerca
del fin de esta obra?




Hache