domingo, 28 de septiembre de 2008

Victoria





Victoria es una nena y tiene un collar de perlas. En realidad es un collar sin fin que crece con Victoria. Cuando era chiquitita su mamá la encontró metiéndose una perla que se había encontrado en la playa en la nariz. Intentó sacársela (como hacen las mamás) pero Victoria gritaba cada vez más fuerte; entonces, comprendiendo, tomó la perla y la puso en un piolín armándole un collar.
Desde ese momento, colecciona perlas. Siempre encuentra una en algún lugar, ella cree, ella sabe que la están esperando. Y claro, las va agregando en su cuello.
Sobre el mar vemos revoloteando a Agustina, la gaviota. Es un bicho muy vanidoso y lo que más desea en el mundo es poder brillar. Cree que chupando perlas lo va a lograr y por eso tiene a Victoria en la mira. Agustina es un poco inteligente, y un poco tonta.
Agustina tiene un aparato precario pero simpático (aunque algo sucio) para derretir las perlas y preparar su brebaje mágico....bueno, en realidad no es mágico, solo lo hace para impresionar...para que nadie pueda cagarle la ilusión diciendo que chupando perlas no va a conseguir nada. No está solo en su misión, cuenta con su ayudante, el berberecho E-milio. Impecable en el arte del camuflaje, E-milio es un gran espía. Si no fuera porque a veces olvida la misión y porque realmente es una odisea que estos dos seres se comuniquen, ya habrían conseguido el collar hace rato.
Pero una tarde muy soleada tuvieron suerte, y entre distintas artimañas lograron robarle el collar a Victoria. Ella lloró muchísimo por un buen rato al no encontrarlo y hasta le sangró la nariz. Pero entonces, mientras buscaba en su casa el collar (por si había vuelto) descubrió un paquete lleno de copos de azúcar riquisímos que había en la alacena. Inmediatamente se sacó el algodón que le habían puesto para sanar la sangre y salió corriendo a jugar.
Lo que vio en el cielo terminó de llevarse toda su tristeza bien lejos; era algo hermoso: un pájaro brillante riendo extrañamente que volaba cada vez más alto, que volaba a las estrellas, que seguramente se convertiría en una.
Desde ese momento, Victoria busca pies de papel en la arena y los junta en una caja bien guardada.







Buscapies.

1 comentario:

carmela dijo...

que lindo. muy tierno.
saludos