sábado, 4 de octubre de 2008

Visión




Lleno de azul, respiro, suspiro, me entiendo.
Veo espíritus diminutos buscándose entre multitudes de aires esporádicos.
Venciendo el alimento que me ofrecen dulces bestias sin más que mirarlas danzar entre compases indivisibles y talones desarmados.
Aguas misericordiosas pasan tiempos en mí, mientras las dejo aventurarse entre los yuyos de las mascarillas del suelo.
Un sueño pesado me despierta hacia otro lado, un espacio vecino, rutinario.
Leo, y vuelvo al azul, a respirar, a suspirar, a entenderme.



Hache

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