
- Che, ¿esto es un sueño?
- Sí, sí lo es – en ese momento me sujetó fuerte la mano, me acarició, era tan real – ¿te gusta?
- ¿El sueño?, es raro, no sé, y vos...
- Yo te acompaño en este sueño.
- Ah...
Un silencio prolongado, la confianza ya abundaba, sin hablar, y hablando.
-Yo quiero que me acompañes en todos lados, en Oriente, en Occidente, en pendiente, crecientes – y las palabras ya salían fáciles, salían solas, en prosa, en poesía.
-Bueno, bueno... yo también quiero eso.
Y me dormí... y nos teletransportamos.
Buscapies.