jueves, 1 de julio de 2010

Ay mi cuerpo, pobre mi cuerpo!
Me dejaste en la mitad del romance, entre la piel y el entender, entre la nuca y el saber.
Ay mi cuerpo!, supiste el modo tal de hacerme confundir, supiste la verdad pero deseaste el sufrir: amaste al dolor y odiaste mi existir.
Ay! mi envase, mi escudo... mi cáscara. No eres vida, no eres libre, sólo puerta de mentiras, de placeres y arrogancias.
Ay! mi pecho, ay! mi espalda. Ya no encuentro mi costado en esta agua colorada, mis extremos son débiles a las puntas de las lanzas.


Tus tentaciones me duermen, tus decisiones me matan.













Buscapies.

No hay comentarios: