lunes, 8 de diciembre de 2008

Tractatus

El lenguaje marca los límites de nuestra visión de los hechos, y el mundo jamás sobrepasará dichos límites. No nos es posible expresar lo que va más allá de él, ni el mundo saldrá de esta estructura que se creó inconcientemente.
‘Nuestras palabras sólo expresan hechos, del mismo modo que una taza de té sólo podrá contener el volumen de agua propio de una taza de té por más que se vierta un litro en ella.’
Por ello, no podremos descifrar nunca qué es una cosa, en otras palabras, la verdad.
Y de esa forma fue siempre. Sin más. Porque a veces no vale la pena intentar describir lo que está más allá de todo esto que nos rodea y nos observa.
Es que, al fin de cuentas, ‘Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen.’
Un viejo, durante uno de los tantos viajes en tren, me contó una historia que él mismo escuchó de la boca de quién sabe qué otro señor, sobre un hombre que silenciosamente vivió, sin todos estos barrotes a su alrededor, y finalmente pudo lograr lo que nadie: todo aquello que nos es imposible decir.




Hache

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